La tecnología no se detiene. Y las mujeres tampoco.
Hoy, cada vez más mujeres forman parte de equipos técnicos, estratégicos e innovadores, dejando huella en un sector que históricamente ha tenido más hombres que mujeres. Aunque ya representan alrededor del 30 % en la industria tecnológica, aún son pocas las que ocupan puestos directivos. La brecha sigue siendo real.
Con ese contexto, se llevó a cabo la charla “Impulsando el Futuro: Mujeres en la Tecnología”, un espacio potente que reunió a más de 85 estudiantes de la Universidad del Valle de Guatemala. El objetivo: hablar sin filtros sobre los desafíos, las creencias que nos limitan y lo que significa abrirse camino sin dejar de ser una misma.
La sesión fue liderada por Leonor Viturro, Project Manager del Proyecto de Modernización Tecnológica del Programa INFRAIGSS (un convenio entre IGSS y UNOPS), en el marco de la colaboración entre UNOPS y UVG.
Ser visible sin dejar de ser una misma
Uno de los temas centrales fue la presión que muchas mujeres enfrentan para ser tomadas en serio, provocando en algunos casos, una desconexión de su identidad que limita su autenticidad. Como se dijo en la charla, algunas mujeres se ven forzadas a “demostrar su valor en un mundo con una mirada principalmente masculina para encajar” un trabajo arduo pues se ven en la posición de dar el triple de resultados para ser tomadas en cuenta para los ascensos.
Los desafíos están, pero también la fuerza para romperlos
Los testimonios de mujeres reales presentados en la charla, reflejan una realidad compartida: que muchas veces el mayor obstáculo no es técnico, sino cultural. Ser escuchadas, valoradas y no tener que “dar el triple” siguen siendo retos actuales. En ambientes que aún privilegian el criterio masculino, las oportunidades no siempre son equitativas.
UNOPS ha puesto especial énfasis en promover la equidad de género, dedicando esfuerzos a difundir la importancia de reclutar mujeres para construir equipos más diversos y eficientes. Pero aún queda camino por recorrer, especialmente cuando se trata de ocupar posiciones estratégicas.
Las creencias: el punto de partida
Parte fundamental de esta charla fue invitar a las participantes a mirar hacia adentro: ¿Qué creencias heredamos? ¿Cuáles seguimos repitiendo sin cuestionar? Desde paradigmas históricos —como la visión aristotélica que consideraba a la mujer un ser incompleto— hasta etiquetas sociales que limitan y autoexcluyen.
Revisar nuestras creencias, reconocer nuestras fortalezas y replantear qué significa realmente el éxito profesional fueron parte de una conversación que buscó devolver a cada mujer el poder sobre su historia.

Construir sin renunciar
El mensaje fue claro: no se trata de encajar, sino de construir un nuevo espacio. No de imitar, sino de liderar desde lo propio. Mantener la identidad, ser genuinas y avanzar con propósito es clave. Porque el liderazgo del futuro —en tecnología y en cualquier industria— no se basa solo en resultados, sino en empatía, colaboración y visión a largo plazo
Con la participación de 87 estudiantes y profesionales, esta charla no solo fue un espacio de inspiración, sino una invitación a seguir trabajando por entornos más equitativos, donde las mujeres no tengan que elegir entre ser ellas mismas y ser líderes.